Ser caótico en litost

panther

CONOCE A ASA:

¿Cuántas bofetadas me ganaré por decir que ya no tengo miedo? La pregunta en sí sería contradictoria si me asustara tan solo un poco el ser apuñalado por la espalda, pero si no tengo vergüenza ni honor, mucho menos tendré miedo.

Podría dar interminables explicaciones y argumentar mi vida con las tragicomedias que me han tatuado como símbolo de tortura china. Para la mala suerte de tu ego curioso, no es así. Tu vida me hastía y frustra, no me interesa en lo más mínimo, deberías pensar de la misma manera respecto a mí.

No reflexiones y por favor evita tenerme lástima, porque yo no sería tan misericordioso y dulce con tus actitudes frívolas y egoístas.

Eso es el litost.

Soy caótico porque el orden me rechaza y me esfuerzo demasiado intentando romper las reglas, mi vida se torna miserable y mi corazón más pesado que el oro fundido. Acepto las máscaras de hipocresía en los ojos, siempre hechos añicos, y entrego el alma a cualquiera que me introduzca a sus secretos... Notarás que ahora está sangrante entre la comisura de tus pequeños dedos.

Eso es el litost. Se que soy una miseria en una tierra tan maravillosa, repleta de miradas exquisitas y sonrisas calurosas. Estoy consciente de la perdición en la que he terminado, pues me convertí en el centro del universo de la desesperación. Dicen que aceptar el dolor es la llave para cualquier tipo de sanación, para encontrar el mismísimo Nirvana. No me consta.

Abracé al caos para aceptar la muerte de lo único que amaba. El litost me arrastró a la pena de compartirlo contigo, ya que ahora no me avergüenza ser temido, ser yo mismo. Adoro a todo aquel salvaje en la tierra de mustias encobijadas, al que vive al día, al que no se arrepiente de nada.

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